Cuentos sanos para comer sano


El oficio de cuentacuentos es muy curioso. La gente te pide siempre cuentos sobre algún tema, cuentos de animales, de miedo, de amor... Pero el tema más raro que nos han pedido nunca fue el que nos propuso un amigo que es pediatra: ¡salud alimentaria! ¡¿Salud alimentaria?! ¿Y eso qué es?

Nuestro amigo nos explicó que las costumbres a la hora de comer han cambiado mucho de nuestros abuelos a la actualidad. Antes la gente comía garbanzos, lentejas, acelgas, espinacas, algo de carne, pescado... Y se movía mucho más. Ahora los niños comen muchas hamburguesas, pizzas, comida congelada, refrescos... ¡Y pasan muchas horas sentados! Viendo la tele, jugando con la tablet, con el móvil... Y eso está haciendo que ahora los niños tengan enfermedades que les van a durar toda la vida, enfermedades que antes sólo tenían las personas mayores. Y por eso quería que contáramos cuentos que explicaran lo importante que es comer bien, sano, equilibrado, y hacer algo de ejercicio.

La misión era complicada, pero buscando buscando, dimos con la historia de una tribu indígena, la de Los Yamomanis. Una divertida historia que cuenta cómo esta tribu descubrió los males que conlleva no comer bien. ¡Venía que ni pintada!

Pero como con esa historia no nos quedó claro que todo el mundo pudiera entender lo importante que es comer sano y hacer ejercicio, escogimos otra historia un poco más terrorífica. Una que ya nos la contaba la abuela cuando éramos pequeños, la de Tío Lobo. ¡Esta sí que tiene un final claro y contundente! Seguro que después de oír estas historias, todos vamos a cuidar mucho más nuestra alimentación.

Tío Lobo


Carmela es una niña muy vaga y perezosa a la que le encanta dormir. Sólo hay una cosa que le guste más que dormir... ¡Comer! Le encantan los dulces, los bollos, las madalenas...

En clase, la profesora trae madalenas para que, cuando un alumno termine la tarea, coja una. Carmela se va al baño y se queda dormida. Para cuando sale ya no quedan niños en clase..., ni madalenas. Se lleva un gran disgusto y llega a casa llorando a lágrima viva. Su madre, para consolarla, decide hacer madalenas, pero necesita que vaya a pedirle un molde para madalenas a Tío Lobo.

Tío Lobo le deja el molde, pero a cambio le pide una de las ricas madalenas que va a hacer su madre, un pan de maíz y una botella de anís. Si falta alguna de esas cosas, se la comerá de un bocado.

Por supuesto, no llega ni una de esas cosas a casa de Tío Lobo. Carmela, que es una glotona, se las zampa todas. Y para que no se dé cuenta, las sustituye por una moñiga de burro, una piedra y agua de un charco. Pero en cuanto Tío Lobo prueba los manjares, se da cuenta del cambio. ¡Vaya si se da cuenta! Y le advierte a Carmela que, se esconda donde se esconda, es noche saldrá, la encontrará y se la comerá de un solo bocado.

Tío Lobo es una adaptación del álbum ilustrado Tío Lobo, de Xosé Ballesteros, donde adapta la versión de un conocido cuento popular.


Los Yamomanis


En el Amazonas había una tribu indígena que vivía tranquila y feliz. Se alimentaban de la fruta que encontraban en la selva, de algunas plantas, de lo que pescaban en el río o de algo de caza que conseguían después de andar y correr durante bastantes horas. Y así vivían hasta que llegó el hombre blanco. Una empresa petrolífera construyó un puerto a orillas del río, muy cerca de de donde vivían los yamomanis y para no tener problemas con ellos les ofrecieron comida gratis para todo el poblado.

El Gran Chamán de la tribu les advirtió de que no aceptaran el trato y no dejaran sus costumbres para seguir las del hombre blanco. Pero no le hicieron caso. Los yamomanis dejaron de andar para conseguir caza, pescar o recolectar fruta y se dedicaron a comer todo lo que les daba el hombre blanco: hamburguesas, refrescos, pizzas, salchichas, alimentos congelados...

El Gran Chamán se marchó enfadado y les adviertió de que pronto caería su maldición sobre ellos. Los yamomanis no se preocuparon mucho, hasta que la maldición les llegó. Se habían puesto tan gordos que casi no podían moverse y empezaron a tener enfermedades que ni siquiera conocían.

Los yamomanis decidieron mandar al pequeño Laburu para pedirle al chamán que les retirara la maldición. El Gran Chamán sólo le puso una condición: tendría que atrapar un cachimaro corredor, el pájaro más rápido de la selva. Si lo conseguía, la maldición desaparecería.

¿Conseguirá el pequeño Laburu atrapar al cachimaro? ¿Desaparecerá entonces la maldición que recae sobre su pueblo y sobre él mismo?

Los yamomanis es una divertida historia que nos hace reflexionar sobre la importancia de una alimentación sana, variada y equilibrada para poder estar sanos y fuertes.

Joseph. Cuentos de terror de los objetos malditos, de Chris Priestley

Este es uno de los mejores libros de miedo con los que me he encontrado. No son exactamente historias de terror, pero desde luego son historias realmente inquietantes.

Utilicé la primera historia del libro, la de Joseph, en una contada para chavales de 15 años y funcionó de maravilla. Se quedaron pegados a las sillas escuchando la escalofriante historia. Lo mejor de todo fue que después se acercaron algunos alumnos para preguntar por el libro.

Hace poco la volví a utilizar con un cuso de 5º de primaria, con niños de 11 años, y el resultado fue igual de bueno. ¡Cómo nos gusta sufrir con estas historias!

El libro: instrucciones de uso y manejo

En esta ocasión, nuestro Departamento de Investigaciones científicas filosóficas epistemológicas y fenomenológicas para el desarrollo de la imaginación ofrecerá una ponencia fundamental para el desarrollo intelectual de los oyentes. Explicará cómo se maneja un libro.

Sí, habéis leído bien, se explicará cómo se maneja, usa y disfruta un libro. Algo que parece obvio, pero que a raíz de lo ocurrido con el increíble niño comelibros, sin duda es necesario.

Como ya podéis imaginar, esta sesión se inicia con la historia del increíble niño comelibros y si los oyentes muestran su pericia en el manejo de los libros, podrán pasar a otras divertidas y sabrosísimas historias.





Amelia quiere un perro

Amelia quiere un perro es un cuento escrito por Tim Bowley, ilustrado por André Neves y publicado en la editorial Kalandraka.

Es la historia de una niña a la que su padre no le deja tener un perro. Y como no le deja tener un perro, le pregunta si en su lugar sería posible tener un águila, o un caballo, o un elefante... Tras hacerle las propuestas más alocadas, le vuelve a proponer tener un perro, y claro, al padre le parece una magnífica idea.

Es una historia muy simpática y divertida que da mucho juego y que permite contarla utilizando las ilustraciones del libro, que son estupendas.

El príncipe feo

Hace bastantes años la Editorial Susaeta publicó una serie de cuentos en unos cuadernillos de grapa. Más tarde los juntó en un libro que llamó Cuentos para soñar. Y entre esos cuentos había uno que me encantó. El príncipe feo.

Es la historia del rey Lambrú, que espera un hijo. La belleza reina en el reino del rey Lambrú, la fealdad ha sido desterrada por completo, pero al nacer su hijo, comprueban que es realmente feo.

Prueban de todo, pero no hay mago que consiga arreglar al pobre niño, hasta que aparece uno decidido a solucionar el problema. Y desde luego, lo consigue. Gracias a él, el niño deja de ser el más feo del reino. ¿Os imagináis cómo?

Es una historia muy divertida, de esas que llevan moraleja final, pero que te llega casi sin darte cuenta.